lunes, 28 de diciembre de 2009

Aspectos disciplinarios

EN LA ESCUELA.
La disciplina debe ser manejada con firmeza, practicando siempre los valores y los límites que tienen que aplicar todos los maestros de las diferentes áreas. La disciplina no es cosa de un día es un trabajo que se ve con el tiempo empezando con los niños desde pequeñitos. Al niño se lo disciplina con reglas claras y amor. Por lo general el niño se confunde al ponerle reglas, piensa que el maestro es bravo, por esto es importante el diálogo y la reflexión.

PARA LOS PADRES.
En cuestiones realmente importantes, cuando existe una resistencia a la obediencia, nosotros necesitamos aplicar el límite con firmeza. Un límite firme dice a un niño que él debe parar con dicho comportamiento y obedecer a tus deseos inmediatamente. Por ejemplo: "Vayas a su habitación ahora" o "¡Pare!, los juguetes no son para tirar". Los límites firmes son mejor aplicados con una voz segura, sin gritos, y una seria mirada en el rostro. Los límites más suaves suponen que el niño tiene una opción de obedecer o no. Ejemplos de ligeros límites: "¿Porqué no lleva tus juguetes fuera de aquí?"; "Debes hacer las tareas de la escuela ahora"; " Venga a casa ahora, "Yo realmente deseo que te limpies". Esos límites son apropiados para momentos cuando se quiere que el niño actúe en un cierto camino. De cualquier modo, para esas pocas obligaciones "debe estar hecho", serás mejor cómplice de tu hijo si les aplicas un firme comando. La firmeza está entre lo ligero y lo autoritario.